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5ta Dimensión, Vinos de Alta Frecuencia

En los valles del sur de Chile, donde la tradición vitivinícola convive con la energía intacta de la tierra, surge 5ta Dimensión, un proyecto único creado por César Lupo. Aquí, el vino no se entiende únicamente como un producto agrícola o de consumo, sino como un lenguaje vibracional que conecta memoria, tierra y consciencia.

El nombre no es casual. 5ta Dimensión invita a trascender los límites de la percepción cotidiana: mirar el vino con otros ojos, sentirlo con el cuerpo y experimentarlo como un canal de transformación.

Cepas que guardan historia y pulso

Uno de los pilares de 5ta Dimensión es la elección de cepas ancestrales que, con el paso del tiempo, han quedado en silencio frente al predominio de variedades más comerciales. País, Cinsault y Torontel son protagonistas de esta aventura, rescatadas de viñedos viejos que aún laten con la memoria de generaciones pasadas.

Estas uvas, cultivadas en condiciones únicas, transmiten no solo la riqueza del terroir, sino también una carga simbólica: son portadoras de identidad y de la historia de quienes las han cuidado durante siglos.

El proceso es de mínima intervención, pero no por moda, sino por coherencia. En lugar de dominar la uva, se la acompaña. La fermentación se da en su propio ritmo, las manos intervienen solo cuando es necesario y el objetivo no es estandarizar, sino dejar que cada vino se exprese con voz propia.

Filosofía: resonar con quien bebe

En 5ta Dimensión, el vino se trabaja desde la intención consciente. Cada vendimia, cada traspaso, cada embotellado, es un acto cargado de propósito. César Lupo entiende que el vino no es solo materia: es vibración, es energía en movimiento.

La filosofía es simple pero poderosa: provocar emociones, activar memorias, resonar con el interior de quien sostiene la copa. Así, el vino se convierte en un instrumento de conexión, tanto con la tierra como con el propio ser.

Más que un vino: una experiencia

Beber un vino de 5ta Dimensión no es solo degustar aromas y sabores. Es entrar en un campo vibracional donde lo ancestral y lo contemporáneo se entrelazan. La experiencia sensorial se amplifica: el País, con su frescura y rusticidad elegante; el Cinsault, con su delicadeza y sutileza aromática; el Torontel, con su intensidad floral y expresividad inconfundible.

Cada botella guarda no solo líquido, sino intención. Es un recordatorio de que el vino puede ser mucho más que un acompañante de mesa: puede ser un espejo del alma y una llave hacia estados de consciencia más profundos.

El camino de César Lupo

El creador de este proyecto, César Lupo, no busca hacer “otro vino más”. Su propuesta nace desde una búsqueda personal y espiritual. La inquietud por unir vino y energía lo llevó a explorar más allá de lo técnico, diseñando una vitivinicultura que integra conocimiento, emoción y propósito.

Su mirada es clara: rescatar la memoria de las cepas patrimoniales de Chile y ofrecer vinos que no solo cuenten una historia, sino que la transmitan vibracionalmente.

Una invitación abierta

5ta Dimensión no es un vino para beber rápido ni para pasar desapercibido. Es una invitación a detenerse, a escuchar, a sentir. Cada copa es un diálogo entre la tierra, la uva, el productor y quien la recibe.

Porque aquí, el vino no se produce: se intenciona, se vive y se comparte.

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